Título: La romantización de la explotación
Nos conocimos siendo auxiliares de la educación en dos establecimientos con edificio compartido en un otoño con tintes de ocre se cruzaron nuestros destinos… dos caminos que sin saber se entrelazaron y se convirtieron en una gran amistad. De una cocina a otra dependencia, te vi por vez primera, los saludos oscos por los ecos repetidos de voces malintencionadas y una tercera compañera que transitaba por una enfermedad oncológica, devenida del estrés producto de nuestros trabajos, cruzamos nuestra primera mirada, sin palabras, cada una siguió su curso, con esa aspereza que ninguna de las dos sabíamos limar, por el peso que las palabras y el significado que le damos a las mismas. Y en esos dimes y diretes, licencia va, licencia viene, Lucila y Yo (MARIA) empezamos a trabajar juntas y sincerándonos nos dijimos: Lucila, de frente y con cautela, temerosa. “Hola ¿cómo estás? soy Lucila, a partir de hoy vamos a ser compañeras y quiero que me digas las cosas que no te gustan de mi y yo voy a hacer lo mismo”, a lo que yo respondí: María- Yo vengo a trabajar no a hacer sociales. Lucila sin decir nada consintió con la cabeza y al compartir el resto de esa jornada laboral comprendimos que nos podíamos comunicar con otro lenguaje, no solo de palabras ásperas sin sentido, que al poco tiempo se desvanecieron en el aire, el lenguaje corporal, el ruido de los bancos, el zig-sag de las escobas y los trapos salpicados de agua y lavandina, el olor al aserrín y las manos estropeadas de trapear y retorcer, las columnas desvencijadas por las malas fuerzas y posturas y el agacharse de mala forma levantando pesos incorrectos.
Al pasar del tiempo esa insípida amistad casi se rompe al escuchar que nos iban a separar sin motivo aparente, Lucila vuelve a la escuela primaria y Yo termino siendo la primera titular de ese otro establecimiento que se separa y se logra que sea autónomo.
Al devenir del tiempo, las casualidades o causalidades de la vida, nos ponen en las manos, que pueda devolverle su lugar a Lucila y por azar y sin saberlo nos encontramos en un Consejo Escolar… y ahí fue tan grande y grata su sorpresa, cuando le dije al oído, y un abrazo de por medio: “te devuelvo el lugar que te quitaron”
La odisea comenzó, entre visitas traumatológicas y tratamientos kinesiológicos, licencias rechazadas por médicos laborales que en base a malos tratos nos negaban los descansos por constancias incompletas y el cansancio que generan estos vaivenes, negativas y decepciones, el sentir de los cuerpos desgastados y los tendones sin tensión y sin fuerza por el paso de los años y las malas fuerzas, que generan los diferentes aspectos de nuestro trabajo en las escuelas públicas.
Y un día llego el tan esperado Pase a Planta Permanente, la segunda odisea donde te entregan mediante una citación de Consejo Escolar, dos instructivos y por falta de sistema, ignorancia y no sé qué… el arréglatela como puedas (la prueba piloto de un Presidente que nos denomina a mas de 3000 trabajadores del Estado “ñoquis” ), el ir y venir a La Plata, hacer por vez primera antecedentes Nacionales y antecedentes personales Provinciales, el aprehender preguntando y el no saber de las instituciones públicas.
Agentes que se cruzaron en nuestros caminos y ellos se quedaron en el camino por no tener a alguien que los sepa asesorar…
Lucila pidiendo ayuda por su cuadro de una enfermedad traumatológica. Necesitaba una cirugía y terminaron haciéndole dos y en la cual la segunda intervención, milagrosamente, no la dejo en silla de ruedas… un calvario de dolor inexplicable y todos los profesionales a los que acudíamos, ninguno quería tomar su caso.
Ocho tornillos en la cervical y dos se movieron, no te podés caer, usa bastón, collarín, no barras, no subas ni bajes escaleras, no retuerzas trapos… no, no, no, no…hasta que lo último que escuchamos fue el repetido NO PODÉS TRABAJAR MAS…
El cuadro que se presento no nos abrumo, seguimos juntas buscando alternativas, María cambiando de establecimientos hasta encontrar en el que por fin se quedó, no sabía si para siempre. Y a Lucila le toco pasar por el nuevo Pase a Planta Permanente y con el asesoramiento de su amiga María que ya había transitado por el mismo, luego de haber ayudado a otros agentes a que logren su tan ansiada titularización, se ofreció a acompañarla y ayudarle a hacer los tramites para lograr que se afiance en su cargo, como siempre había deseado.
Después de un año y medio de trámites y espera, Lucila es titular en su cargo de auxiliar de educación. Pero no ternaba ahí su trayectoria, había que lograr la readecuación de tareas para que el resonar de ese diagnóstico “no podés volver a trabajar” destruyera sus ultimas esperanzas… tan joven y su cuerpo estaba deteriorado para realizar tarea alguna…
Mediante un sindicato, y gracias a la ayuda de varias personas, nuestra travesía continuaba, fuimos a una localidad desconocida a otro Partido, un Distrito nuevo al cual nos aventuramos nuevamente juntas… los nervios de Lucila, la paciencia de María, la diferencia de la atención al publico y el mismo diagnóstico, a la vez nos daban esperanza y nos creaban incertidumbre, María vio como su amiga salía de la consulta casi desvanecida, logro sentarse a su lado y al relatarle el diagnostico y que por fin dos médicos coincidían con el resto le otorgan la readecuación de tareas, María le pidió tranquilidad y le transmitió la paz que a ella le enfundaba su compañía, al salir del consultorio volvieron a celebrar el logro que tantos caminos infructuosos debieron recorrer, pero con la alegría por fin de haberlo conseguido.
Mariela Alejandra Nuñez - Trabajadora Auxiliar de Educación – Don Torcuato- Tigre – Buenos Aires- Relato 15° Concurso Sin Presiones “Expresión escrita la salud de los trabajadorxs” Organizado por el Instituto de Salud Laboral y Medio Ambiente (ISLyMA) – Córdoba – 2024
El jurado expresó: Nos encontramos con un relato vinculado con dos trabajadoras de limpieza del sistema educativo. Auxiliares en espacios educativos. De manera amorosa narra la travesía de ellas, víctimas de esfuerzos corporales en el trabajo de limpiar escuelas y las consecuencias en su salud. La importancia de acompañarse, de sostenerse una con la otra les permite vencer a la burocracia administrativa.