Título: De utopías y distopías
Fulano y Mengano son dos grandes ejemplos de vida, que nos refieren a situaciones que nos interpelan desde la cotidianidad.
Fulano tiene la dicha de dedicarse a lo que soñó desde pequeño. Es docente de primaria y profesor de secundaria. Desde hace casi veinte años, se avoca al espacio áulico. Sus días pasan entre risas, familias, niños, niñas, tareas, correcciones, bullicios, muchos días de alegrías y otros tantos de preocupaciones. Es feliz y se siente bendecido de encontrarle un sentido a su diario vivir. Durante su trayectoria profesional se formó, desde lo académico y emocional, para brindarle una mejor calidad educativa a sus estudiantes, entendiendo que las utopías son posibles y viables, aunque muchas veces la realidad quiera demostrar lo contrario.
El estado siempre presente y siempre ausente conforma una dualidad que Fulano no entiende, que lo interpela y lo preocupa. Esto más lo traspasó cuando, por motivos de salud, su emoción se enferma y necesita alejarse, acomodarse y equilibrarse, para poder seguir con su tarea y con su vida en paz. Al fin y al cabo, Fulano es un ser común y corriente.
El estado le otorga una licencia por razones psiquiátricas, que tanto bogan en estos tiempos. Se recupera, y vuelve con la misma sinergía de siempre a su labor.
Al año siguiente, es calificado por su tarea. Obtiene un “Muy bueno”, debido a su ausencia. Él lo acepta. Unos días después, le informan que esta calificación debía ser observada porque un decreto, aprobado por el estado, establece que; con la cantidad de faltas, no puede superar en la grilla de calificaciones, de uno a diez, el cuatro. Las dimensiones de su desempeño profesional, en promedio, resultan como “Insuficiente” . Su licencia por razones de salud, no se enmarca en las contempladas por el decreto, siendo estas las de Art, maternidad y enfermedades crónicas.
Sus 120 días de labor no se consideran. Su desempeño profesional no se considera. Su trayectoria no se considera. Su enfermedad no se considera.
Apela a la decisión tomada por la dirección de su escuela. Se adentra en un mundo, hasta ahora desconocido por él, de términos, leyes, decretos y procesos administrativos. Entiende lo que es pedir un subsidio en jerarquía y seguir un expediente, esperando que alguien le explique, pero por sobre todo lo entienda. No puede aceptar que su desenvolvimiento sea insuficiente, más cuando tiene la total convicción que no es verdad.
En escena aparece Mengano, un ser con un puesto jerárquico que supervisa la labor de los docentes de una gran región, a la que pertenece también Fulano. Mengano firma los conceptos docentes, son muchos, muchísimos…uno de los que firmó es el de Fulano, que trabaja en primaria y secundaria. Es el mismo agente, el mismo docente, el mismo ser que enfermó y volvió al aula cuando recuperó su bienestar. Tiene dos conceptos en mano. Mengano firmó uno “Muy bueno” y otro “Insuficiente”, al mismo profesional. Fulano solicita que le explique y solo recibe una ratificación del “insuficiente” y un silencio del “Muy bueno”.
Así, cómo de pequeño, Fulano soñó ser docente, también soñó crecer profesionalmente. Ser Regente, o Director de escuela, de su escuela. El estado llama a concurso de cargos jerárquicos, Fulano sabe que es capaz y meritorio de acceder a esa convocatoria. Que se preparó durante toda su carrera y que cuenta con las herramientas necesarias para afrontar ese desafío. Entre los requisitos figura que necesita presentar los últimos cinco conceptos con una calificación entre bueno, muy bueno y excelente…Fulano espera una resolución…hasta ahora no puede presentarse. En su legajo hay un injusto “insuficiente”…
¿Fulano podrá acceder al concurso? ¿Fulano merece la oportunidad de demostrar su capacidad? ¿El estado impartirá justicia para con Fulano? ¿Mengano cumplió su labor de manera correcta?
Fulano no eligió enfermarse. Le tocó.
Hoy siente que sus derechos fueron vulnerados y que sí la utopía representa el proyecto de sociedad ideal que nos traerá la felicidad plena. Hoy para él reina la distopía; una posibilidad real de que, en su choque con la realidad, esa sociedad supuestamente perfecta se transforme en un auténtico infierno…
Rosa Viviana Mecau – Trabajadora Docente – Villa Merlo- San Luis - Relato 15° Concurso Sin Presiones “Expresión escrita la salud de los trabajadorxs” Organizado por el Instituto de Salud Laboral y Medio Ambiente (ISLyMA) – Córdoba – 2024
El jurado expreso: Relato sobre el trabajo docente. Es un grito a la incomprensión, injusticia y silencio de la burocracia en el sistema educativo.
Muestra una visión positiva y optimista del mismo que sin embargo choca con la trama burocrática que no contempla la enfermedad como un condicionante de la tarea. Más bien la erige como una penalización hacia las aspiraciones de ascenso y realización de las y los trabajadores.