Título: La muerte de Papá Noel

collage analógico
Silvia Belga

Esa mañana, mientras mi familia entera se preparaba para celebrar la navidad, mi hijo menor disparó una pregunta repentina. Digo disparó porque sentí como si una bala viniese desde el fondo de su infancia para indagar lo real, para desnudar con su gélido plomo la sórdida crudeza de este mundo: Quiero la verdad… ¿Papá Noel existe?

Lo dijo mirándonos a los ojos con una sinceridad y una madurez que me dejaron perplejo. Quedé inmóvil por un instante tan extenso, que me pareció como si transcurrieran varias décadas cargadas con todas las miserias de este mundo.

También pensé que, si él estaba preparado para la pregunta, estaba preparado también para la respuesta y repasé a toda velocidad una síntesis de los eventos del último año.

Sus ojos de niño de siete, cargados con el agua salada que brota del alma, aún no rebalsaban, pero estaban al borde de hacerlo, esperando estoicos la última estocada de una respuesta conocida.

Él y sus compañeros de la escuela, no habían podido vestir ese año, más que un par de semanas, su brillante guardapolvo blanco y luego habían vivenciado por primera vez en su vida, el encierro y el barbijo, la cuarentena, el distanciamiento social y la escasez de abuelos.

Recordé que, desde abril mis amigos de los pueblos Wichí, empezaron a llamarme desde el chaco salteño, donde atendíamos con ese hospital móvil que se caía a pedazos. Me comentaban que habían aumentado el hambre y los desmontes. Decían que la codicia y la inconciencia aprovechaban la desgracia colectiva y arrasaban más aún, su amado chaco.

Recordé, antes de responderle a ese niño que tenía enfrente, que mis colegas en el hospital municipal y los compañeros de la guardia de los martes en el provincial, estaban de asamblea desde julio. Algunos de ellos, hasta lloraban por la falta de instrumentos, el salario bajo, la ausencia de insumos y la muerte de algunos amigos cercanos.

Los análisis bacteriológicos y virológicos que estoy haciendo desde octubre, en los ríos y los lagos en los que me bañaba junto a mis hermanos, cuando tenía la misma edad que ahora tiene mi hijo, no auguran nada bueno para nuestra ciudad. Mientras tanto seguimos celebrando la mentira y la hipocresía, nos endeudamos más y más y porfiamos en la locura de las obras de hormigón, en lugar de apostar al agua.

En el Concejo de Representantes de la ciudad, los concejales del gobierno me bautizaron “terrorista ambiental” y también me llaman burlonamente “El Gurú del Lago”, por investigar la contaminación del agua. Este año fui denunciado al intendente por las tres cámaras comerciales de la ciudad, por el mismo motivo. La hotelera, la de turismo y la de comercio. Una oda al apoyo de la investigación y el conocimiento.

No León. Papá Noel no existe, le respondí con crudeza.

Su llanto silencioso fue mi llanto silencioso. Mientras me abrazaba y secaba sus lágrimas en mi camisa, sentí que el mejor regalo para nuestros hijos es enfrentar la cruda verdad a la que nos pone cara a cara nuestro tiempo y descubrir, en algún lugar del alma, el entusiasmo para hacerlo de manera cotidiana y sostenida. Entendí, que toda la magia del mundo está guardada en cualquier corazón que sienta el impulso vital para seguir luchando.

Lo miré de nuevo y percibí un cambio sutil en su mirada de niño. Como si la verdad llenara el vacío y empezara a sembrar en lo profundo del misterio.

Papá Noel ha muerto pensé. Pero nuestra magia está viva. Feliz navidad hijo mío.

Emilio IOSA – Médico Cirujano – Director de la Cuenca del Dique San Roque. (Ministerio de ambiente y economía circular de la Pcia. De Cba)   -  Villa Carlos Paz- Pcia. De Córdoba.

Relato  15° Concurso Sin Presiones “Expresión escrita la salud de los trabajadorxs”                                                  Organizado por el Instituto de Salud Laboral y Medio Ambiente (ISLyMA)  – Córdoba – 2024 

El jurado expresó: Relato que utilizando la inocencia de un niño como punto de partida refleja los padecimientos de trabajadores de la salud durante la pandemia y el daño que el sistema está provocando al ambiente. También la persecución que sufren quienes alzan la voz contra ello. Resignifica el concepto de magia.