Mención
Título : Vine por el aviso
“Trabajo quiero trabajo, porque esto no puede ser” (Atahualpa Yupanqui)
Tres mujeres y un hombre están sentados en aquel recinto, cada uno con una carpeta en la mano. La monotonía del cuarto está solo cortada por un cuadro de autor ignoto.
Cuando una de las mujeres (a la que llamaremos “la joven) se levanta a mirar la obra que cuelga en la pared, los otros tres que están en sus respectivos asientos, levantan la vista mecánicamente.
-¿Parece serio este lugar, no?- dice sin dejar de mirar el cuadro y esperando generar, de ser posible, una conversación con los otros circunstanciales compañeros de sala a los cuales no conoce y con quienes solo se encuentra unida por ese aviso que solicita empleado/a administrativo/o.
Pretende, tal vez, minimizar esta sensación de tensión tan común al momento previo a una entrevista de trabajo.
La sala cuenta con dos puertas.
Una por la que ingresaron los cuatro aspirantes y por la que tal vez saldrán para nunca más volver y otra, que esperan, sea la entrada a una realidad futura que en ese momento solo tiene carácter potencial.
Frente al comentario de la muchacha, el hombre anima una respuesta con pretensiones de caballerosidad:
-Y si, parece serio y el aviso incluso…
- Los avisos son estándar. Esta formateados. Yo tengo una Licenciatura en Recursos Humanos y en una de las materias del Instituto nos enseñaban como redactarlos de tal manera que apuntara a un target de empleado específico… interrumpe a la que llamaremos “la mujer”.
Es de mediana edad y a simple vista (impresión que se afirma con un tono de voz impostado pero seguro) resulta ser la más capacitada entre los presentes todo lo cual confirma la abultada carpeta que sostiene entre sus manos.
- El aviso es lo de menos – dice el hombre, intentando una defensa tímida, mientras se acomoda el nudo de la corbata que decora un traje sobrio pero prolijo - Yo he ido a un montón de entrevistas de trabajo y siempre es una sorpresa…
-Pero parece serio, digo, esta sala, este cuadro… - insiste la muchacha mientras vuelve a su asiento.
Esta breve, pero contundente conversación, se desarrolla sin que ninguno de los interlocutores haya hecho contacto visual con los otros presentes.
-Ay, yo ni idea. ¡Tengo cincuenta y seis años y es la primera vez que vengo a una entrevista!!!.- dice quien hasta ahora ha guardado silencio y que identificaremos como “la señora”.
Está austeramente vestida y sus ropas, sin dejar de estar acorde a la ocasión, delatan que hace tiempo que su vestuario no se renueva
- Toda la vida criando hijos, cocinando y siempre postergando y postergando, todo hasta que tomé coraje y le dije a mi marido: ¡Ya está querido, basta, me cansé, se acabó!!!! ¡Por una vez en la vida voy a hacer algo para mi! ¡Me voy a ganar mi platita!!! Así que agarré el diario y con todas las ganas…Acá me tienen. ¡Le hubieran visto la cara!!!!
- Señora- dice “la mujer” con cierto desdén- perdone si no me interesa…
- ¿Qué te pasa flaca? Un poco de respeto –replica inmediatamente “la joven” - A mi si me interesa - dice mientras se vuelve a parar y le toma la mano amablemente a la mujer – No hay porque tratarse así, si al final estamos todos por lo mismo…
- Bueno… no sé si estamos todos por lo mismo – dice entonces el hombre- Yo tengo tres pibes. Digo, es otra necesidad…no lo tome a mal señora…
- Nilda, me llamo, mucho gusto…¿tres chicos?- pregunta con tono inocultablemente maternal- ¿Que edades tienen esos bellos?
- Señora, con todo respeto…- dice “la mujer”, ahora si poniéndose de pie- Mire, las buenas intenciones son geniales y desatarse de las cadenas del patriarcado mejor todavía. Pero ¿venir a una entrevista sin experiencia…? Mire su curriculum y el mío. Digo… para que no se genere una expectativa falsa. A ver…último curso que hizo- en este momento el tono de voz cambia a modo docencia- Porque la capacitación en estos temas es fundamental…por ejemplo mi último curso (busca en la carpeta) acá está…: “La implementación del valor agregado en el proceso de gestión de recursos humanos y su relación con las herramientas que aportan los procesos neurolingüísticos”
La señora entonces, casi acurrucándose en su asiento y consciente de que “el hombre” y “la muchacha”, tal vez de manera prudente, han hecho silencio, busca en su carpeta de apenas un par de hojas una respuesta al desafío.
- Ehhh… “El marmolado de chocolate: diez formas de hacerlo” curso por Youtube
La muchacha entonces, alimentada por algún sentimiento de justicia furibundo, avanza decidida.
- Ay no le haga caso!!! ¿Ud cree que ese curriculum puede con esto?- y se contonea delineando su cuerpo que tiene la solvencia de los años jóvenes- Curva mata curriculum…¡¡¡ Mire yo soy feminista pero a veces la cosificación me viene al pelo querida!!!! Algunos tipos son de manual, de manual…
- Depende flaca. Si te toca una mina que te entreviste y es más grande que vos lo que va a ver es a un enemigo… – dice “el hombre” mientras una parte de su cabeza piensa que pasaría si él fuera el entrevistador -Te va a odiar, vas a ver…
- Digan lo que quieran, pero lo que se busca hoy en día es optimizar recursos y nada mejor para eso que alguien preparado y con experiencia…- dice “la mujer” que siente que está tirando perlas a los chanchos.
- Che -espeta entonces el hombre - pero si sos tas buena, tan “apta” … ¿porque venís acá y no estás trabajando…???
- Las leyes del mercado querido…hoy todo es muy competitivo y hay pocas como yo, pero el campo laboral es muy reducido…especifico diría yo… -responde mientras se mira en el reflejo de un pequeño espejo de mano que acaba de sacar de su cartera.
- ¡¡¡Que especifico!!! -dice en sorna el hombre mientras levanta la mano derecha juntando sus dedos en el clásico gesto de escepticismo-…hoy tu laburo no vale nada. Sos un número nada más. Quince años llegué a horario, no les faltó ni un tornillo, me puse la camiseta como si fuera mía la empresa y un día sacaron cuentas, no les dieron los números y me pegaron una patada en el culo…con el perdón de la palabra -dice mirando a “la señora”.
La muchacha, que no quiere quedarse afuera del debate, amaga una frase con pretensiones de intelectualidad
-Oferta y demanda…- tira como si fuera un partido de truco
Intempestivamente el hombre da la vuelta y la enfrenta:
- Que oferta y demanda. “La crisis del país” te dicen, “esta dura la cosa”, “la estamos peleando” … mientras atrás por la ventana ves la camioneta que se compró ayer…hijos de puta- ahora habla de manera tan desahogada que ni siquiera pide perdón por el exabrupto- Ahh!!!! “pero quédate tranquilo…lo tuyo es lo tuyo y te lo vamos a respetar…eso si en 234 cuotas o si la querés toda ahora te ofrecemos el cincuenta por ciento… tres pibes tengo…”
La muchacha, inmediatamente identificada con semejante alegato, tiene la necesidad de refrendar lo dicho:
- Es cierto, dan asco…yo hace ocho años que todos los laburos en negro… y siempre tienen una excusa para no mejorar tu situación. La ves pasar todo el tiempo. Llega el verano y te muestran fotos de Brasil y vos en tu casa con las patas colgando al borde de la “pelopincho”.
Mientras todo este debate se desarrolla “la señora” se mantiene en silencio.
Entonces, tal vez sabedora de que es la mayor del grupo, intenta ocupar un rol conciliador para lo cual la crianza de cuatro varones la hacen sentir lo suficientemente apta.
- ¡Bueno chicos, tranquilos, no desesperen! Si ni siquiera sabemos cómo es la entrevista. Aparte toda experiencia es buena…si no es esta vez será la próxima…
-¿La próxima? La próxima es ir a hacer la cola para refinanciar la tarjeta…con cariño se lo digo, pero usted vive en una burbuja señora…- dice “el hombre” casi con la voz quebrada.
-Nilda me llamo…
-No hay próxima, Nilda -la que toma la palabra es “la mujer” mientras acaricia la tapa de su curriculum- El tiempo pasa y este sistema a veces te va jubilando mucho antes de los sesenta. Una se ve joven, capaz, con ganas, pero para ellos me volví vieja, complicada y, sobre todo, cara…me doy cuenta…: “Indudablemente usted está por encima de los otros aspirantes. En breve nos estaremos comunicando” te dicen. Mentira…nunca te llaman
- Pero querida, tranquila. Es solo cuestión de tiempo. A lo mejor no saben valorar todo lo que tenés para ofrecer. Mira: ¡¡¡si me entrevistan a mi primero, te recomiendo!!!
“La muchacha” se vuelve ahora con un tono que ya no es de protección, sino de alguien que ve más que a una posible madre a una real competidora.
- Pero señora… Nilda…esto no es una reunión de la parroquia. ¡¡¡¡Es una competencia, es la LEY DE LA SELVA!!!! Y como la cosa esta cada vez más dura la selva es cada vez más selva y nosotros cada vez más animales.
“El hombre” se ha vuelto a sentar. Tiene puesta la mirada perdida en un punto de la pared, pero habla para que todos escuchen.
- La dignidad del trabajo decía mi viejo. Levantarse a la mañana, afeitarse, tomarse unos verdes y salir…Un reloj le dieron el día que se jubiló. Cuarenta y dos años en la misma empresa. Un orgullo tenía el viejo con ese reloj. Cuarenta y dos años… a todo les mostraba ese reloj…
El silencio inunda la sala. Quienes todavía están parados vuelven a sus asientos y cada uno se refugia en sus pensamientos.
- Andá a saber. Serio parece…- dice “la muchacha” en voz baja
- y el aviso no está mal…-completa “el hombre” sin siquiera levantar la vista
“La mujer” repasa su curriculum y no dice nada.
Solo la señora parece no perder el ánimo.
-Lo que es cierto que el marmolado me sale mucho mejor…
Pablo Daniel Berazadi – Empleado público del Registro Civil de la Pcia. De Cba.
Saldán – Pcia. De Córdoba Mención 15° Concurso Sin Presiones “Expresión escrita la salud de lxs trabajadorxs” Organizado por el Instituto de Salud Laboral y Medio Ambiente (ISLyMA) – Córdoba – 2024
El Jurado expresó: Relato interesante por su escritura y planteo. Nos muestra la realidad de tres personas diferentes en una sala de espera para hacer una entrevista de trabajo. Tres realidades diferentes, complejas que muestran desde lo emocional como afecta la falta de trabajo.