Relato del 14° Concurso “Sin Presiones” Expresión Escrita de lxs Trabajadorxs

El cuerpo

(Como herramienta de trabajo)

 

imagesEl gremio está, entre otras cosas, para defender a sus afiliados,  los trabajadores,  ante la patronal por la justicia de los haberes y por los derechos y beneficios que con el tiempo han conquistado gracias a la lucha, que no ha sido poca.

Defender a sus agremiados de los patrones que  abusan laboralmente de sus empleados cuando no respetan las horas de trabajo y los descansos de una jornada laboral.

Amparar a sus pares, porque en definitiva, los gremios están conformados por trabajadores que han sabido poner el cuerpo, prevalecer por su carácter, llevar a cabo sus ideas con personalidad por el bien de sus compañeros, los que a diario, codo a codo, se arremangan para llevar el sustento a cada hogar.

Defender a los trabajadores de los patrones y del sistema  haciendo de voceros de los asalariados para que sus palabras  sean más fuertes y terminen siendo escuchadas por aquellos.

El gremio está para eso, primordialmente, para la lucha. Lucha que muchos creen que es trabajador versus patrón, pero que en realidad es la lucha del trabajador  en pos de un mejor bienestar. Es la lucha del trabajador cuando se siente atacado no sólo por sus empleadores sino, también, por las desacertadas  políticas-económicas-sociales dictadas por los gobiernos de turno, y más aún, cuando esos gobernantes son empresarios y manejan la nación como su propia fábrica, olvidándose que en “esa fábrica” (país), hay muchos desempleados  que necesitan de una remuneración digna para, al menos, no ser indigentes.

Aunque  a veces, suceden cosas que son incomprensibles como cuando el gremio no actúa defendiendo a sus afiliados y, en este caso, los trabajadores no son atacados por los empleadores sino por sus propios pares, sus colegas, los que cumplen las mismas funciones, aunque en otras  “empresas”.

Ver trabajadores del fútbol atacados por otros iguales, trabajadores defendiéndose de otros, laburantes queriendo dañar a otros  sin medir las consecuencias, muchas veces, porque su administrador laboral les ordena “producir más, cueste lo que cueste”, esto sí es lamentable y triste.

Dichas acciones muchas veces llegan a provocar  daño físico al colega, demasiadas veces con severas consecuencias, imposibilitándolo de seguir trabajando por días, semanas, meses, ¡y hasta dejarlo fuera de la actividad para la que se preparó y de la cual vive!!!

No todos tenemos la suerte de trabajar en lo que nos gusta. Los que lo hacen son realmente privilegiados. Puede ocurrir que con el tiempo, por necesidad extrema o por una buena remuneración,  uno comienza a sentir gusto por el trabajo que realiza, pero no la mayoría. Así y todo, el trabajo se lleva a cabo porque a fin de mes hay que  pagar las deudas y darse algún pequeño gusto, si alcanza.

El que trabaja en lo que le gusta siempre le pone un plus a su tarea. Son los que hacen su labor con pasión, con una entrega extra, adicionando ese amor por su tarea que lo diferencia de aquel trabajador que cumple con su jornada con disciplina, capacidad y dedicación como el mejor, pero que cuando suena el timbre o la sirena para marcar la tarjeta, se apura por marcharse.

Los que tienen la suerte o el don de trabajar en lo que siempre soñaron en su vida, no están mirando el reloj descontando cada minuto para que  termine la jornada laboral. ¡Nooo…! Esos no tienen problema de quedarse un rato más, tal vez no a producir para la empresa, pero sí para capacitarse y mejorar su desempeño  al momento “de la verdadera producción”.

Son a estos trabajadores,  a los privilegiados, a los que trabajan por pasión y placer, y sobre todo por capacidad, a los que hacía referencia cuando decía que muchas veces el gremio no actúa para defenderlos de sus propios pares.

Particularmente, en este caso, le pongo nombre a la entidad a la que me refiero: Futbolistas Agremiados.

Esta institución   ampara a empleados semi amateurs que se desempeñan como operarios de “empresas que no llegan a ser una Pyme”, como a aquellos superprofesionales que lo hacen en las principales “empresas capitalistas y multinacionales”. Contiene a los muchos afiliados de perfil bajos desparramados en las ligas del interior o en los torneos de ascenso, y además, a aquellos  otros obreros tan mediáticos.

El mismo gremio que cobija al casi peón del fútbol afiliado y que debe tener otro trabajo  porque si no llega a fin de mes, alberga también a aquellos que miden su situación económica por el nombre de las marcas de sus autos (ninguna nacional) estacionados en el playón de “las grandes empresas”.

Futbolistas Agremiados es el gremio que no hace nada en esta lucha de trabajador contra trabajador al que hacía referencia. La misma asociación que no le importa que sus “obreros afiliados” deban trabajar al mediodía de un martes en un caluroso de diciembre, o que lo hagan hasta la medianoche en el impiadoso frío invernal, “porque hay que seguir produciendo”, “porque el patrón (AFA y cadenas internacionales de TV), así lo ordenan”.

Las presiones hacia sus afiliados llegan de todos lados: empleadores, TV, casas de apuestas, sponsor, etc., etc., pero  el gremio (casi siempre imparcial y gris deambulando a la sombra de los poderosos) que debe defenderlos  siempre mira para otro lado, sin abrir la boca o levantar la mano; no aparece para defender a los que aportan su cuota para que los dirigentes gremiales se transformen en millonarios.

Dichas presiones llevan a estos trabajadores del fútbol a que las tareas laborales sean despiadadas y mal intencionadas, en muchos casos, rozando con la deslealtad. No se mide a quién se daña; nadie comprende que el trabajador golpeado, el lesionado, el que permanecerá inactivo, es un propio compañero de botines con un mameluco de otro color. No se detienen a pensar que las agraviadas piernas del operario oponente, transformado en enemigo gracias a  la psicología futbolera del ganar a toda costa, también son las suyas.

Entonces el siga siga…, no tiene fin, y el crecimiento ambicioso, desmedido y sin límites de los empresarios no se detiene, ni detendrá, hasta conseguir que aquellas “empresas civiles sin fines de lucro”, las vean transformadas en sociedades anónimas.

Argentina, por ahora, está resistiendo a que eso suceda, pero, ¿hasta cuándo podrá hacerlo?

El dinero no escucha a los corazones de las hinchadas que serán disueltas como tal, y si su lucha no se impone,  el futuro no será como ellas lo sueñan, sino que será lo que el capitalismo decida.

P/D: en 1994 deje la práctica federada y rentada del fútbol por una grave lesión, rotura del tendón de Aquiles de mi pierna izquierda. Volví a jugar a los dos años de manera recreativa sin poder volver a la competencia oficial.

 

Miguel Hirám Ramón – Administración de una Empresa de Transporte Arroyito – Provincia de Córdoba-

Relato del 14° Concurso SIN PRESIONES  Expresión Escrita de lxs Trabajadorxs                                                    Organizado por el ISLyMA , 24 de agosto de 2023

 El Jurado expresó: Una denuncia a la burocracia sindical en la voz de un ex jugador de futbol. La pregunta por el sentido del sindicato y la defensa de los derechos laborales. La lucha que a veces termina en ataques entre los mismos trabajadores. En el relato hay preguntas profundas sobre qué es el trabajo y reflexiones sobre la sordera de empresarios ambiciosos que invisibilizan los reclamos de los trabajadores, junto a un gremio que se acomoda a la sombra del poder.

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