Relato 13° Concurso “Sin Presiones” Expresión Escrita de lxs Trabajadorxs

Título:  Los sábados son la muerte

 

La muerte de un poco de mi juventud tal vez, la muerte del tiempo y la muerte de mi sueldo.

Hace un tiempo ya que me pregunto por qué tengo que estar toda la mañana del sábado acá, siempre haciendo una especie de guardia que no termino de entender, nadie necesita una foto un sábado por la mañana, nadie necesita nada un sábado por la mañana. No dejo de pensar en que lo único que hago es atender hordas de jubilados que parecieran no entender que no les puedo ofrecer lo que buscan. “No, no hago fotocopias” tal vez sea la frase que más repito atrás de un mostrador, fingiendo que, aunque sea intento ser amable, no quiero ser amable, no debería estar acá. Debería estar en mi casa, durmiendo. Pero los sábados son así, los sábados son la muerte, la muerte del tiempo.

dc37e00595c1f38ea0be3521947479c2--expressionism-quito-ecuadorDesde que me toca trabajar los sábados a la mañana perdí también mis amigos de los viernes, tal vez esos que solo querían salir, que al parecer estaban toda la semana atravesados por un solo pensamiento, el fin de semana. A veces me creo superior a ellos, porque entiendo que no la paso tan mal, pero no puedo mentirme tampoco y fingir que no extraño tener ese momento de salvajismo donde uno se libera un poco del tener que ser, del tener que ser correcto, siempre amable, siempre perfecto para gente que del otro lado pareciera odiarte. El tiempo me hizo alejarme, no puedo estar al frente de un negocio amanecido, preso de la resaca ni mucho menos durmiéndome, sería una tortura. De igual manera los sábados ya son una tortura, los sábados son la muerte, la muerte de un poco de mi juventud.

La rebeldía es un acto necesario, casi instintivo del humano y que decir de la juventud. En mis adentro sabía que un día iba a llegar el momento en el que mi responsabilidad iba a flaquear, en el que no iba a querer privarme más de ser joven.

Un viernes salí, lo hice tal vez sin querer, sin pensar que una simple juntada entre amigos iba a terminar conmigo volviendo directamente al local, a abrir. Una parte mía entendía que lo que hacía estaba mal, pero al mismo tiempo me convencía de que peor sería no abrir. Al fin y al cabo, iba de camisa, no había tomado tanto, no era tan grave.

Solo son cuatro horas repetía como un mantra en mi cabeza, de nueve a trece, no puede ser tan complicado. Pero si, lo era, las primeras horas del día no fueron muy diferentes al resto, no pasaba nada, ni un alma en la calle, en mi mente pensaba que todo el mundo estaba durmiendo y los envidiaba profundamente.

Entonces sucedió, no entiendo si fue el cansancio de la noche o la energía que gasté en envidiar a quienes dormían, pero el sueño empezó a hacer efecto en mí. Iba y venía para despertarme, no me quería dormir, no me podía dormir. Y ahí pasó, víctima de mi apuro por querer seguir despierto choqué un mostrador y tiré una cámara, la única que se usaba para hacer las fotos carnet del local, la vi en el suelo y no lo podía creer, quería que me tragara la tierra. Me temblaban las manos, no podía entender cómo podía ser tan estúpido, como llegué a tirarla de esa manera. De repente una idea vino a mí, la voy a poner en un lugar que se mueva, donde pase todo el mundo, a ver si por esas cosas de la suerte alguien se la lleva puesta y me salvan la vida de tener que dar explicaciones.

Nadie vino, nadie me salvó de mi responsabilidad, pero bueno los sábados son así, los sábados son la muerte, la muerte de mi sueldo completo.

 

Lucas Maximiliano Posadas  -  -Ciudad de Córdoba  -    Fotógrafo – Atención al Público   

Relato 13° Concurso SIN PRESIONES Expresión escrita de lxs trabajadorxs                                                                                          Organizado por el ISLyMA de Córdoba, 2 de agosto de 2022

EL JURADO EXPRESÓ: En “Los sábados son la muerte” el autor nos comparte con frescura y honestidad sus reflexiones e introspecciones sobre sus deseos y obligaciones a veces en conflicto, lo que cree se espera de él, sus relaciones de pares y las relaciones intergeneracionales.

La pérdida de sentido de la tarea realizada como una variable que dificulta la adecuada responsabilización del trabajador. La “muerte del tiempo”, “muerte de la juventud” y la perdida de vínculos y espacios de recreación parecieran estar justificadas o al menos compensadas por la ¿ganancia? de un sueldo, pero si este debe ser destinado a arreglar algo que se rompió en el trabajo, el empleo se transforma en pura pérdida.

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