Título: Una bomba
En el patio juegan mis hijos
es invierno
pero el sol de otoño
y risas anaranjadas
no quiere irse aún
Se avizoran nubes
una tormenta
sin pronóstico
ni paraguas que ampare
la brisa calma
es ahora viento sur
allí
recibo una bomba
con perfume de escribano
firma prolija
y correspondiente copia
me invade el desconcierto
y lloro
una bomba nunca se espera
y aunque la guerra se sepa
la explosión despedaza
me rodea un abismo
un acta de despido
lo cambia todo
*
No ser como ellos
tiene un precio muy alto
que puede pagarse
en cuotas de sangre
y hostigamiento
o en un solo pago
que desmorona
dardos venenosos de un lado
y banderas laborales del otro
todo puesto sobre la mesa
(la mesa de ellos)
*
Entonces
“desobediencia
a la autoridad,
falta de lealtad
a la patronal”
y un camino corto
de atajos tramposos
terminan en mi patio
*
No serles leal
ni obedecerles
tiene un valor insuperable
qué suerte, me digo
no ser como ellos
haber estado siempre
de un mismo lado
no haberme defraudado
ni en el más mínimo sueño
*
Vuelvo a mi patio
ahora tan revuelto
sé que el viento
se ocupará de cada esquirla
me aprieta la soledad
sin embargo
el sol
no se ha ido
y no tan lejos
me espera la ternura
Ana Carolina Militello - Nono – Pcia. De Córdoba -
Lic. Comunicación social – Desocupada – ( Desarrolló su actividad durante 16 años y medio en en CEMDO Ltda. ( Multimedio y Biblioteca)
EL JURADO EXPRESÓ: Del espacio abierto compartido con lxs hijxs a la desolación de un papel que detiene un momento el mundo. Cóndor (seudónimo) vuela en la desesperanza del quedarse sin trabajo habiendo sido “fiel” a sus convicciones. En el patio de su casa le espera la continuidad de los sueños por los que seguir luchando. Muy acertada la metáfora que utiliza y deja muy claro de qué lado estaba y se mantiene.