Título: “Crónica de una docente en virtualidad”
La turca tiene 52 años y es docente, muy cumplidora, tiene todo organizado siempre, parece a veces que todo lo puede…
Trabaja doble turno en una escuela especial del interior cordobés, claro para que le alcance la plata, la hija estudia abogacía en córdoba, mucho gasto pero vale la pena, dice, ya que Mai es muy estudiosa y pronto será la abogada de la familia, nadie en el clan había podido hacer una carrera universitaria. Ella tampoco…
La turca estudio discapacidad mental y auditiva, hizo lengua de señas, acompañante terapéutico todo mientras trabajaba para costearlo, pero de psicología solo un intento, no pudo terminar, se quedó con las ganas.
A su laburo y a su familia le puso y le pone todo lo que puede, todo lo que tiene y más… mal hecho!
Nadie puede dar lo que no tiene, quedas agotada, devastada, desolada.
Ella venía juntando soledades, tristezas, heridas que parecía que nunca lograrían ser cicatrices.
Se aferra al pasado, a las cosas que no pudieron ser, tantas ilusiones y sueños pendientes… cuando me jubile dice siempre, será diferente, voy a hacer esto, esto, esto…
Se levanta temprano, a las 7 y arranca su rutina, (baño para estar más despierta) eso es lo primero, tomar la pastilla de la tiroides desayunar preparar la vianda, la taza, el termo etc… y salir, hasta las 17hs con suerte! no vuelve y así es todos los días exactamente iguales.
En la escuela se transforma, es otra, sus ojos se apoderan de un brillo especial, ama su laburo como a su hija y agradece todos los días el tenerlos y que le permitiera cubrir los estudios de maitena y las necesidades básicas, ojo que a veces también se compra alguna pilcha o cosméticos, le encanta el pintalabios rojo, ese sí que no le puede faltar, es parte de su rostro y con su cabello oscuro resalta muy bien, además a la escuela se va presentable.
Estar con sus alumnos es pasión, amor, ganas de seguir a pesar de las adversidades de su vida. Aunque llega re cansada. Sarna con gusto no pica como dice su abuela.
El sistema te agota, te pone gris, te convierte en un engranaje más, perdes individualidad, y a veces es muy injusto con los docentes que cumplen, que están, que no faltan, que hasta cuidan de no enfermarse, o lo que es peor van enfermos a la escuela.
El motor para ella era la escuela, lo sé bien ya que fui su compañera por 20 años, los proyectos estaban ahí, la alegría, la dulzura, la empatía, todo esto y más estaban en ese lugar. Y en las caritas de sus alumnos al verla llegar con libros, láminas y elementos varios para cada jornada.
Y llego la pandemia como la peor de las películas de terror, como un viento huracanado como la peor de las tormentas!
Que se hacía? Cómo vivir ahora sin la rutina? Y los chicos? Que se les dice?, para un estudiante con discapacidad privarle el espacio de la escuela es sacarles a veces lo único que tienen , que los incluye socialmente un rato aunque sea y les brinda un plato de comida o un mate caliente. No estamos preparados aún para vivir en una sociedad que acepte las diferencias, que incluya y no amontone personas en un lugar, aún no se entiende esto de sujeto de derecho, aun no…
La turca estaba loca! Su entusiasmo, su pila, su energía te contagia. Como se notan las diferencias (decía) la falta de recursos en algunas familias, cuánto cuesta trabajar así! un aislamiento de unos días, ya llevaba casi un año…
La virtualidad que difícil es para la mayoría de las familias de bajos recursos, además los padres no son maestros, y el celular es uno para un montón de personas, internet (bien gracias), ni en nuestra escuela ni en algunas casas a las que no llega nada de señal.
A joderse y a aguantarse! Cambio de rutina…
Pijama puesto todo el día, bañarse una vez seguro, celular bien cargado y con sonido al máximo. Computadora encendida de cero a cero hs… tiempo de clases todo el día, consultas dudas en horario free, guardapolvo lavado y guardado en el ropero que se yo hasta cuando!
Horario de comidas: ojo no confundir desayuno con almuerzo y merienda con cena…
Hacer un par de comidas al día sí o sí.
El pintalabios se usa igual aunque no se salga! Vamo arriba turca no decaigas, no te deprimas, no te aísles más, hace más llamados virtuales para estar conectados, organiza más reuniones…
Y ella se iba apagando cada día un poco más…
Como se extraña esa rutina de estar en la escuela y volver a las cinco, aunque uno se queje del sistema, de las presiones del de más arriba, de las cosas que se piden para ayer…
Hay que reinventarse, pensar en nuevos modos de aprender y enseñar mientras uno se entera de casos y casos de covid , y partidas sin despedida, y espacios vacíos que por el momento pareciera que no llenas con nada.
Y estamos andando todos, un camino nuevo, lleno de dudas de miedos de errores de aciertos.
Algunos de silencios, de mucha soledad, y habrá que cerrar los ojos y no pensar en nada, habrá que dormirse porque a lo mejor al despertar…quién te dice… vuelve todo al mismo lugar! Habrá que tener esperanza y confianza?
Darse cuenta de lo valioso del tiempo, de disfrutar del presente, del ahora, de la maravilla de la compañía de tus seres queridos, de regar una planta, de estar con tus mascotas, de vivir, de respirar!
De reinventarse a los 52 años con casi 30 de docencia en una seño virtual y a veces presencial. De la época de aspo, del google drive guauuuuuu .
Es difícil pero no imposible, los recursos no son muchos pero habrá que ver de compartirlos, sobre todo los humanos. Habrá que hacer un seminario de empatía de compasión y un doctorado en resiliencia.
Hacer contacto con la plenitud, conectar con lo que nos pasa, sin pasado sin futuro, con cuerpo y alma en tiempo presente…
La pandemia empezó y no sabemos cuándo termine, seguramente costara volver a los lugares y no serán los mismos, como tampoco las personas, familias estudiantes docentes inevitablemente estaremos y estamos afectados , dolidos, sorprendidos, angustiados, temerosos, pero con esperanza, ese debe ser el motor de hoy…
Fluir sentir percibir intuir integrando la incertidumbre. Aquí y ahora sin temor a lo desconocido, viviendo la aventura de la vida como una oportunidad de ser y estar…
Lo que tenga que pasar, pasara estando presente el único momento existente
Hay que seguir, palante palanteeeee.
Roxana Fátima Hadad - San Marcos Sierra Pcia. De Córdoba - Docente
Mención del 12° Concurso Sin Presiones Expresión Escrita de lxs Trabajadorxs
Organizado por el ISLyMA – Córdoba setiembre de 2021
EL JURADO EXPRESÓ: Semblanza de la turca que tiene 52 años y es docente de estudiantes con discapacidad. El relato ofrece una progresión entre el pasado presencial y el cambio que implica la pandemia. “Para un estudiante con discapacidad, privarle del espacio de la escuela es sacarle a veces lo único que tiene”, dice la voz que narra y logra la crónica de ese cambio de rutina. Evalúa lo que se perdió por imperio de las circunstancias y, no obstante, apuesta a la capacidad de resiliencia de cada persona.