TITULO: “Planta Permanente”
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Miro por la ventana y observo que mi esposo me hace señas que va a ingresar por el portón, al reflejo de la luz se ve un hombre, que lentamente va sacándose el pantalón, la camisa, guantes descartables, barbijo 3M. El tiempo pareciera detenerse y mi memoria me lleva al pasado, me lleva a los años de mi adolescencia, no es mi esposo quien esta ahí, es mi padre y yo pequeña asomándome tímidamente detrás de unos escombros. Pequeña yo, miraba impávida a mi padre sacarse poco a poco los pantalones remendados, la camisa, una gorrita, guantes de tela caseritos y una máscara sencilla que mi madre había improvisado.
Corría el año 1972 en casa todo era felicidad, mi padre había vuelto a ingresar al Estado, después de haber sido cesanteado de la Corporación Agroeconómica Vitícola y Comercial (CAVIC), el sindicato, FOEVA, no los había traicionado y había logrado no solo el pago de la indemnización sino la posibilidad que, gran parte de los trabajadores despedidos ingresaran a lo que se denominaba “planta transitoria” del estado provincial, similar a lo que hoy es un contrato, que regía del 1 de enero al 31 de diciembre de cada año. Esto significaba un sueldo todos los meses, obra social. Por un tiempo las cosas en la familia de Diego parecieron mejorar. Muy pronto se afilió a ATE un sindicato estatal, fuerte en la provincia, en ese momento, desde la dirigencia del mismo se luchaba vehemente por el pase a “planta permanente” de los 300obreros ingresados hacía unos meses a la Dirección de Parques y Paseos. El expediente estaba listo, Diego, estaba muy emocionado pronto iba a tener, nuevamente, un trabajo estable, su hija había ingresado a la escuela secundaria.
Lentamente su vida se iba encausando. Pero la vida no es un cuento de hadas y príncipes, el 23 de marzo de 1976 era un día más en la vida de Diego, se preparó un cafecito y se fue a trabajar con su viandita, un sándwich de milanesa. A las 00 hs sintió muchos ruidos afuera del refugio de los serenos y de pronto una patada en la puerta que la derrumbaba, una voz que decía: Las Fuerzas Armadas han tomado el comando operacional del Gobierno. Quizás en ese momento, Diego, ese padre de familia no acabó de comprender la magnitud de lo que estaba sucediendo.
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Cuando llegaron las 7 Hs de este fatídico 24 de marzo Diego fue autorizado a retirarse y a partir de allí la incertidumbre. Llego a su casa, no pudo desayunar, tenía un nudo en la garganta, simplemente se cambió de ropa y se dirigió al Edificio 9 de Julio, lugar emblemático de la provincia de San Juan, donde trabajaba la mayoría de la Administración Pública. Allí pudo observar cómo aquellos funcionarios del gobierno justicialista que se negaban a dejar su lugar eran sacados, por los militares, a golpes por una escalera lateral, por su cuerpo corrió un sudor frío y el miedo comenzó a apoderarse de él. Solo subió al segundo piso, retiro los recibos de sueldo y fue presuroso a su casa con su sueño hecho trizas: ya no tenía dudas, no podría tener su trabajo estable. A partir de allí todo fue incertidumbre. El lunes siguiente todos los trabajadores, obreros en su gran mayoría, que prestaban funciones en la Dirección de Parques y Paseos, fueron citados a una reunión a la 8 hs., allí se encontraban los 300 obreros frente al funcionario de facto respectivo, quien dijo iban a cambiar las condiciones y horarios de trabajo. Del fondo una voz firme, pregunta:
- Buenos Días soy el delegado de ATE, Ud. me podría decir que va a suceder con los nombramientos de todo el personal? El oficial a cargo, levanto su mirada, lo observó con desdén y desprecio, hizo una pausa y finalmente respondió:
- todo se va a evaluar, por ahora cada uno a trabajar por el bien de patria.
Las nuevas condiciones eran: se trabajaba todas las noches, de lunes a sábados, los cuatro serenos debían recorrer las 10 hectáreas del Parque de Mayo durante 12 horas, limpiando, regando, vigilando, mientras que si era necesario se los convocaría en horario matutino para ayudar en otras labores. Qué podía hacer Diego? negarse, quejarse, no podía, debía ser un buen trabajador sin quejas, sin preguntas, solo así conservaría el puesto de trabajo. Diego regresaba alrededor de las 7,30 en su bicicleta, luego de doce horas de trabajo extremo, tomaba un mate cocido con una tajada de pan, el sueldo ya no permitía otro desayuno, salía al fondo de su casa, se cambiaba, se colocaba ropa vieja, una máscara improvisaba, hecha por su esposa, salía por el portón y esperaba en la esquina de su casa que lo pasara a buscar una camioneta del ejército argentino.
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Las nuevas tareas en las que debía colaborar, era la carga del avión provincial que desinfectaba con diferentes agroquímicos superficies de la provincia. Lo eligieron a él, porque era el sereno más joven . Alrededor de las 15 hs volvía y entrababa por el portón tiraba toda su ropa ,finalmente se bañaba y pensaba, todos pensábamos que estaba limpio. Que ignorancia la nuestra, su exterior estaba limpio pero su hígado no, poco a poco se iba intoxicando, con los agroquímicos que debía cargar el avión. Los días, las semanas, los meses pasaron, finalmente Diego, tuvo quehacer un esfuerzo mas para mantener su trabajo, debió terminar la escuela primaria, aquella que había dejado cuando apenas tenía 7 años, para ayudar a su madre. Pero no importaba su sacrificio, estaba orgulloso de trabajar todas las noches de sereno, en las mañanas cargando el avión y finalmente los sábados asistir a clases, todo tenía un fin, mantener su trabajo. Finalmente, Diego lo logró, consiguió acceder a su planta permanente. Diego había hecho un gran sacrificio para ello. Los delegados de ATE, fuertes, íntegros, difíciles de doblegar habían logrado su cometido, la nómina completa de los 300 obreros pasó a planta permanente. El tiempo transcurrió, su vida siguió adelante y se jubiló. Por fin podría descansar. En la navidad de 1996, en la casa de Diego todo era alegría, se había jubilado, su hija tenía un trabajo estable y le faltaban pocas materias para recibirse de licenciada. Pero reitero la vida no siempre es un cuento de hadas y príncipes, ese día sufrió una fuerte hemorragia, fue internado y a los pocos días sobrevino la desdicha, había algún inconveniente en su hígado. En el consultorio, la profesional pregunto: – Ud. Fuma? ¿Cómo ha sido su alimentación? Ud. ha trabajado con químicos? Ud. ha tomado alcohol? Diego respondía las preguntas un poco desconcertado. Sin embargo, su hija recordó y pudo responder: papá cargaba el avión provincial durante la dictadura militar para fumigar, sin ningún tipo de protección, en ese momento no se podía reclamar.
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Diego enfermó, Diego sufrió muchos años una larga y penosa enfermedad, durante los últimos años lo dejó postrado en una cama. Finalmente ,luego de sufrir mucho, Diego falleció.
Para todos Diego murió por una terrible intoxicación al hígado, sin embargo, yo sé que murió por que, durante los años de plomo, tuvo que trabajaren las peores condiciones, sin descanso, sin tregua, sin elementos de protección, cargado con sus manos, con una máscara improvisada, agroquímicos, para no perder su trabajo y darle de comer a su familia.
Diego, no figura en ninguna lista como Detenido Desaparecido, pero también se lo llevó la dictadura, y su ensañamiento con los trabajadores, desgastando su salud, obligándolos a trabajar en crueles condiciones de trabajo sin protección.
JULIA QUIROGA - Trabajadora Estatal Subsecretaría de trabajo de la Provincia de San Juan
Expresó el Jurado: Dramática historia, crudamente real, de aquellos invisibles que también dieron la vida para sobrevivir al capítulo más siniestro de nuestra historia como País. Un terror invisibilizado pero cotidiano, que nos llega hasta nuestros días. La autora nos hace vivir el duro transitar de su padre trabajador municipal en el sacrificio por sostener su trabajo, con un gremio presente y un delegado valiente que se plantó ante tamaño monstruo. Y sin embargo, al final, llega la muerte del obrero. Y la insoportable causa: el de las esclavizantes condiciones de trabajo.
El relato nos deja un dolor profundo, y profundas reflexiones:sobre el precio que hay que pagar por mantenerun trabajo, las consecuencias de la dictadura sobre los trabajadores, que hastael día de hoy en pandemia siguen sufriendo.
MENCIÓN: 11° Concurso “SIN PRESIONES” Expresión Escrita de los Trabajadorxs -Organizado por el ISLyMA – Córdoba 2020