“La necedad de los sabios: Con la música a otro lado”
Día jueves, día de grandes anuncios… todo es silencio y malestar… pienso en los otros días jueves todo era risas corridas música y más música en todos los rincones… ¿era eso el paraíso? Fuimos tan felices que enojamos a los dioses… se necesita esta opacidad para darnos cuenta que nuestros cuerpos danzaban, creaban y formaban sujetos libres con cuerpos danzantes, creativos, con identidad….La palabra anomia está escrita junto con los carteles de protesta (escritos en hojas de pentagrama) el día es gris, todos estamos vestidos como hormigas… trajes negros no hay coloradas… solo negras y sin alas.
Comienza la reunión en el pasillo central… la ansiedad se apodera del grupo y los necios cambian las melodías por discursos rotos vaciados de realidad y de justicia.
Es el fin de la partitura… ahora es la era del silencio cruel. En junio todo acabo… Mientras se dan infinitas razones (justificaciones de algo cruel sin sentido, sin armonía) mi cuerpo siente que ya no me pertenece que me caí del mundo (en un tiempo de arenas movedizas justo ahora que pisábamos tierra firme). Al principio quede colgada de un hilo de seda que cortaba mi piel pero era tan doloroso que me lo arranqué y decidí enfrentar la caída libre a estar pendiente de un hilo que provoca heridas…la caída fue en cierta manera liberadora e imagine que tenia alas de distintos tonos, las sentí, las toque…Esa materialización me permitió mudar mi territorio salvarme… cerré los ojos. Al abrirlos otra vez estaban los necios, desde sus mundos de cómodas butacas y despachos burócratas de la cultura oportunistas, seguros en sus discursos de fantasías de mundos mejores” sus mundos mejores” en donde nunca obraran como coros, todos juntos, para que la obra sea el placer de los oídos de todos. Ellos solo esperan el weekend. Nada les importa… solo quieren destruir lo construido, cerrar la historia, poner un punto final a la creación… Piden dialogo, esperan confianza. Las palabras ya no tienen el mismo significado en esos cuerpos. Acomodo este pensamiento y hasta me sonrió. Nada suena como antes ¿será por eso? Todo cambio de significado. Entonces el respeto, el escuchar a otro en silencio, todas esas normas ya no son admitidas. Es la anomia… Dejare ese lugar ese espacio que era de trabajo y ahora es de desconcierto: ya no colgare mi saco ni acomodare mi atril, ni rogare silencio en medio de un alboroto de sillas que se corren y caen al ritmo de la vida misma. Miro al resto, me dirijo hacia el piano y abro todas las puertas y ventanas… mis colegas comienzan a silbar la melodía, la luz se enciende…todos somos un cuerpo conectados y las palabras recobran sus sentidos y la libertad de la creación vuelve a tener alas y sonidos reivindicatorios… no todo les puede pertenecer.
Para Mariana
María Galanti ( Lic. En Trabajo Social – Centro de Referencia HIV/SIDA ) - La Plata
Expresó en Jurado:
“Intenso relato que intenta dar cuenta del “poder liberador” de la música como herramienta reivindicativa de las violencias intra en intersubjetivas en el ámbito laboral.”
Mención del 9º Concurso SIN PRESIONES. Expresión escrita la salud de los trabajadores/as.
Córdoba, 27 de julio de 2018