Título: El curador
Ricardo Carpani
Los nombres utilizados en el relato no son reales.
Ver llegar la primavera en el Alto Valle de Río Negro es una verdadera fiesta. Se disfruta con todos los sentidos. Los protagonistas son las flores de los frutales de distintos colores y perfumes que se perciben al recorrer las interminables filas de las chacras. Este es el lugar donde vivo y trabajo. Pero la llegada de la primavera de 2007 no fue tan feliz para los que conocimos al “Nene” José Luis Peña Morales.
El “Nene” era un trabajador rural, chileno de nacimiento, pero establecido en la Argentina desde muy pequeño acompañando a sus padres En tiempos en que gran cantidad de trabajadores chilenos cruzaban la cordillera a trabajar en la cosecha de peras y manzanas. Muchos de ellos llegaron al valle con sus familias para establecerse en las chacras de la zona.
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En el Alto Valle, durante la primavera se realizan tareas muy importantes para la producción: la lucha contra las heladas y las pulverizaciones contra las plagas. Para estas actividades que se realizan de noche son clave los trabajadores rurales, especialmente los tractoristas. El “Nene” era uno de ellos.
Las pulverizaciones de agroquímicos, que los productores siguen llamando “curas”, se realizan entre septiembre y enero. Esta tarea se realiza de madrugada, comenzando a las dos de la mañana aproximadamente hasta las siete para que la “cura” sea efectiva. Los agroquímicos que se utilizan son altamente tóxicos pero los chacareros y productores de manzanas y peras los siguen llamando “remedios de curar”.
La “cura” se realiza con una máquina pulverizadora, llamada entre los productores, máquina de curar. Esta máquina se engancha al tractor y trabaja con la energía que le provee este a través de la toma de fuerza mediante un cardal que tiene crucetas que facilitan el movimiento, aún cuando está doblando.
El tractorista recorre una a una las filas de frutales mientras la maquina produce un abanico pulverizador que moja todas las plantas que se encuentran en ambos lados en cada fila.
Vale aclarar que los trabajadores reciben, en la actualidad y desde hace varios años, capacitaciones para realizar estas tareas a fin de cumplir con normas internacionales que luego facilitan la exportación de las frutas. Aunque en muy raras ocasiones reciben capacitación en cuanto a seguridad y cuidado de su salud.
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El Nene, tractorista de una empresa familiar propietaria de varias chacras, según sus patrones era de los mejores. Conocedor de la actividad rural. Realizaba todo tipo de trabajos en la fruticultura. Recorrió las chacras desde su infancia.
En la madrugada del 19 de octubre el “Nene” comenzó la tarea de “cura” a las 3 de la mañana. Se fumó un cigarrillo y se puso la capa impermeable (una especie de sobretodo amplio y cerrado a la altura del pecho con un par de botones). Fue al galpón, que ya estaba abierto a buscar los “remedios” para la carga de la pulverizadora. Realizó todo el procedimiento solo. Su compañero Carlitos realizaba la misma tarea en otra parte de la chacra.
En algunas ocasiones coincidían en el lugar de recarga junto a un canal que les proveía el agua para la máquina, pero la mayoría de las veces, trabajaban cada uno por su lado.
El “Nene” puso en marcha el tractor a fin de transmitir energía a la máquina a través de la toma de fuerza. Mezcló los agroquímicos en un balde de 20 litros, y los volcó por la abertura que tiene en la parte superior el tanque de la pulverizadora. Cruzó varias veces de un costado al otro de la máquina saltando por encima del cardal en movimiento. Una vez seguro de que todo estaba listo se sentó en el tractor comenzó a recorrer las filas.
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Es poca la capacitación y la concientización es nula, respecto de los daños a la salud que le puede producir el tabaco y la inhalación de agroquímicos altamente tóxicos.
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Cerca de las siete de la mañana, “el nene” llegó al lugar de recarga y se fumó otro cigarrillo mientras terminaba la que iba a ser la última recarga de la jornada.
Saltó una vez mas por encima del cardal, pero su capa impermeable fue atrapada en la parte inferior por una de las crucetas. La capa se fue envolviendo sin que “el nene” pudiera sacársela. Allí recibió golpes contra el piso y el enganche de la máquina que le produjeron la muerte.
A las ocho de la mañana Carlitos llegó al lugar de recarga y lo encontró sin vida sobre el cardal, la capa se había desgarrado y ya no arrastraba el cuerpo. El cardal todavía giraba.
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Hace mucho tiempo que tenía en mente contar esta historia. Después de más de 30 años recorriendo las chacras del alto valle he visto trabajadores realizando esta tarea tan riesgosa sin ningún tipo de capacitación en cuanto a riesgos de accidente o intoxicaciones. He visto la ausencia casi total de los organismos y organizaciones de control, llámese Estado, aseguradora de riesgos del trabajo, sindicatos y los mismos empleadores.
Recordarlo en estas letras me permite creer que no será la del “Nene” una muerte más en las chacras de la región. Que nos debe ayudar y servir para continuar contribuyendo a la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
Jorge Omar Espinosa - Río Negro - Inspector Laboral del Ministerio de Trabajo.
Relato: 13° Concurso SIN PRESIONES Expresión escrita de lxs trabajadorxs Organizado por el ISLyMA de Córdoba, 2 de agosto de 2022
EL JURADO EXPRESÓ: En “el curador”, el autor relata -a modo de conmemoración a un trabajador- lo ocurrido en una Seudónimo: Napoleón.de las chacras patagónicas. Una de las tantas historias de muertes ocasionadas en el trabajo por inexistencia de controles sobre los riesgos. Historia dura, sin filtros ni golpes bajos, que da cuenta de lo que aún hoy (con “todos los avances” tecnológicos) es una tremenda realidad. El relato tensiona la representación de los “agroquímicos altamente tóxicos” (incluso prohibidos) como cura y subraya la inexistencia de formación respecto al riesgo de su aplicación. También incluye en esta acción de “curar”, el uso de maquinaria pesada, sin procedimientos ni saberes que les acerquen un poco de seguridad. La “máquina y el remedio de curar” … Historias de un “mundo laboral” despojado de derechos y garantías para que en el mismo quepamos todxs con dignidad