Título del relato: “El reloj y la bendita media hora de gracia”
¿Me regala unos segundos? “El Tiempo vale oro” dice el dicho, yo diría que mucho más, vale la vida, los afectos, esas visitas que nunca se hicieron y la vida pasa con la supuesta elección de “la vida la hace uno”, es más, se cotiza como el oro quien pueda hacerse reconocer en el mercado laboral, será cotizado como buen trabajador, por lo tanto es útil y valioso.
Hoy saque el cálculo de mi tiempo no pagado, que se adueña otro, y que nunca se reenumera, que ingresa bajo el dominio de la bendita media hora de gracia, catalogada o bautizada bajo la frase “me haces el favor””antes de irte” “no te olvides de…” “Ya que vas de camino….”. Sí, mi calculo es simple : tres veces a semana, 12 veces al mes, 6 horas al mes, serán 72 horas mías anuales, que si las multiplico por el valor mínimo de la escala salarial del Ministerio de Trabajo que son $43 pesos me da un valor anual de $3.096, cifra que comparada con un sueldo de mi sector es porcentualmente importarte, en esa casa percibo en igual periodo $25.200(anual) como referencia en igual periodo abono 72 pasajes a razón de $17 que es lo que pagamos en Paraná, es decir $1224, poco mas de 28”medias horas” el cual nunca se me paga, quedan en cuenta de “su olvido” no del mío imagínense esta bendita media hora de gracia multiplicándola por los otros trabajos y a su vez a lo largo de mi vida. ¿Viste? suma, no solo dinero, suma fuerza de trabajo , suma esfuerzo, Resta vida.
Si como trabajadora en casa de familia el bolsillo también se me achicó y mucho, pero no solo el bolsillo, pero aumento la bronca por el tiempo, que no olvido, los tiempos que se sumaran como el del colectivo atrasado que debo tomar cada día para volver a mi hogar. Si la tardanza obligada por ese mandado pedido como favor-orden, la demora ajenas a mi tarea, pero pareciera que mi tiempo no vale, me acorde también cuando era niñera y me sonaba el teléfono y se volvía a repetir el favor-orden –“quédate estoy operando”, claro cuando venia era un gracias después arreglamos. Un “arreglamos” que nunca llega, que queda pendiente para mañana o fin de mes después, y así pasa el tiempo entonces un día dije nunca más niñera y comencé a limpiar solo casa, pero también me lleve sorpresas, los abuelos, que dejan como accesorio al inmuebles y que una por humanidad uno atiende hasta que se da cuenta que de repente también se suma tarea, cuidado y nuevamente una lista de favores.
Que van desde “dale la medicación al nene” o “la abuela….hay que cambiarla” ”ya que te vas de camino, me dejas esta receta en el consultorio”
Si el tiempo parecería no valer para el empleador y se cotiza tan bajo algunos dirá “Si eres como de la familia” “Pero!! Hay que tener humanidad”, y sin duda claro que no hay que perderla ¿pero sabes una cosa? no paga colectivo, ni impuestos, ni comida, ni regalos para los míos en navidad.
El tiempo vale y valla que si y va marcando los pasos de estas humanidades, marcada en una edad laboral, una edad para soñar, para la maternidad, para formarte, etc. Cada día se acorta mas, para algunos, una edad en donde el cuerpo marcha y otro en que obligamos a moverse. Porque el cuerpo se desgasta ya no es lo mismo, volver corriendo a limpiar tu casa, cocinar, a atender los tuyos, etc. e ir a otras casa sumar y sumarte horas y horas para intentar alcanzar a fin de mes
El tiempo, me paso no solo cronológicamente, sino que atravesó mi cuerpo me dejo cansancios, reproches y muchas ganas guardadas para otro momento, me paro frente a mi espejo y es ahí cuando me miro, cuando observo su huellas, cuando hago una pausa en lo cotidiano, me encuentro, me interrogo y reflexiono, ¿cuándo fue la última vez que me detuve a pensar en mi como persona? , que tome un libro cualquiera, no para estudiar sino por el placer mismo de sentarme a leer, me detuve a observar el paisaje al viajar, me detuve a soñar lejos de la alarma del reloj, dé las grandes maquinas que consumen mi tiempo.
Cuando fue la última vez que invite a una amiga a caminar libremente, en esta tarde de otoño y le hable de mi, pero no de mi trabajo o aun peor del estudio que hago para conseguir un mejor laburo y seguir…. Y seguir …..¿Me entiendes? De mis sueños, de mis ilusiones, de esas cosas tan mías, dé mis amores, del puñado de vida mía.
El tiempo es cotizable me dirán algunos, pero el hombre ¿acaso no es tiempo? ¿Y el tiempo no es vida?, ¿cuándo vendí todo?, que no me di cuenta, que me hipotecaba ¿Cuándo fue?
Cuando volveré a ser dueña de mis tardes, de mis silencios, de mi tiempo y caminare olvidándome del mercado, las comprar, la crisis, la inseguridad y recuperare mi existencia. Él maldito reloj que no se detiene
Cuándo fue la última vez que como un acto casi guerrillero me senté, en una plaza a sentir el sol caminar por mi rostro, escuchar las risas de los niños, mirar el cielo y dejarlo entrar a través de mis ojos.
Me queda esa sensación de que en verdad el hombre no logro otra cosa que amar sus cadenas, qué sigue la palabra progreso más presente que nunca, qué ahora ya no hay esclavos obligados, sino esclavos dominados, que los grilletes al no pesar en el cuerpo se hacen casi imperceptibles. Si el tiempo se escapo del hombre y se abrazo a la maquinas para producir y nos quedamos pegado a ella, sin logra estrategias que nos hiciera simplemente libres.
Mi vida vale y tengo tantas ganas de, ellas de volver a elegir y barajar mis propias cartas, llegar a tiempo a los lugares que me encuentro ausente, de sentir que soy dueña mi destino, que puedo romper con el orden impuesto e inventar otros modos, otros espacios para transitar sin necesidad de negarme.
No es pérdida de tiempo detenernos a ser, es más bien, es ser un transgresor, es olvidar la palabra utilidad para poner la palabra quiero o me hace bien, si un acto guerrillero aunque sea un segundo .un minuto para caminar despacio y sin prisas, pará pisar y escuchar el grujir de la hojas amarillas este otoño. Sí transgredir en esta sociedad capitalista, bajarme del reloj e invitarme a mi propio espacio.
Por eso hoy voy dispuesta a correr en el trabajo no para rendir más sino para ganarle al reloj y dedicarme dos minutos extras más a mí y olvidarme del tiempo.
Alfonsina
Marcela Irina Muñoz ( Empleada en Casa de Familia Paraná – Entre Ríos ) – 2016 -
Del Jurado: Buena descripción de la relación patrón - trabajadora como la misma se confunde con la relación entre seres humanos para solicitar algo y como eso no se corresponde a la hora de retribuirlo o reconocerlo. El trabajo como secuestro de la vida, del tiempo libre, no solo de la fuerza de trabajo física e intelectual, De todo el ser, no vendes parte de tu esfuerzo a cambio de un salario, lo das todo, aun tus sueños, de tus ilusiones, “ de esas cosas tan mías”.